Como
explicamos en el post anterior, para empezar el proyecto debíamos generar unas
expectativas a nuestros alumnos. Una de las ideas que llevamos a cabo fue crear
una cuenta atrás con los “comecocos”, colocando uno por cada pasillo del
edificio principal, en los que cada día de manera misteriosa fueron poco a poco
desapareciendo.
Además,
recibimos la visita de nuestro ya querido extraterrestre “Domi”. Nos fue
dejando pequeñas pistas en cada una de las clases, desde mapas de Europa o
residuos del camping de Deva, hasta algún vídeo mostrándonos la mejor cara de
nuestro continente. ¡Incluso nos encontramos con una huella de su nave en el
césped!
Durante una
semana nuestros alumnos estuvieron intrigados con todo lo que estaba ocurriendo
a su alrededor. Tal era la expectación, que pudimos ver a nuestros alumnos como
realizaban sus propias búsquedas, se “tatuaban” la seña de identidad de Domi e
incluso tenían sus pequeños diarios con todo lo que iban encontrando y
averiguando. Pero lo que aún no sabían, era que lo mejor estaba por llegar…
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