Todos los lunes siguientes al día que embarcamos en nuestro
proyecto trabajamos en cooperativo las dos primeras horas de la mañana.
El comienzo no estuvo exento de dudas pero también lleno de
ideas, propuestas y compromisos personales. Lo primero de todo fue organizar el
plan de equipo, asignando los diferentes roles y después conocerían mediante una rúbrica cómo se les iba
a evaluar. A continuación planificaron su proyecto, gestionando ideas, materiales,
recursos y tiempo. Lunes a lunes anotaban en sus diarios de aprendizaje con
forma de pasaporte todos sus logros y dificultades, en definitiva empezaban a ser
conscientes de su aprendizaje.
Después de estas primeras sesiones todo empezaba a ir viento
en popa.
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